La verdad es que las cosas no han cambiado mucho desde el sábado. Sigo odiando a Javi y sigo odiando mi garganta. Mi voz está más nasal que nunca y Lisse se dedica a mofarse de mi estado de salud. Lo sé, se merece el peor de los castigos, lo sé.

El caso es que actualizo esto por hacer algo con mi vida, que estos días de reclusión en casa hacen que sea un tanto aburrida. Todo sea por ponerme bien antes de que empiecen las clases. Que irónico. Curarme para poder asistir al matadero

Que Finn nos asista

13 de septiembre de 2010
Sara scripsit