Cuando llegue el nuevo día

dormiremos a la orilla del mar.

No sé por qué hoy me ha dado por cantar esta canción y la verdad es que se agradece, porque la semana pasada estuvimos TODOS LOS DÍAS (Que se dice pronto) cantando canciones de Jason Derulo y, qué queréis que os diga: las canciones están bien, pero cuando la cantas por trigésima vez, cansa.

Pero dejaré de hablar de actuaciones musicales que tienen lugar en nuestro instituto - y es una pena que deje de hacerlo, porque últimamente estamos que lo tiramos y no como esos del Glee club de la Fox - para volver a pintar este espacio de un poco de optimismo.

La verdad es que, contra todo pronóstico - todo hay que decirlo -, las cosas están saliendo mejor de lo que esperaba. El 9 en historia me ha dado la vida, bueno, qué digo la vida ¡La inmortalidad! El único fallo notorio ha sido, quizá (Sí, quizá, porque con mi profesora nunca se sabe) el de no contar qué consecuencias tuvo para el Carlismo la Regencia de Mª Cristina; a lo que yo levanto mi dedo y pregunto: ¿Pero no te he contado inmediatamente después que esto derivó en la I Guerra Carlista?
Aunque la verdad es que tampoco me como mucho la cabeza por ello. Según cuentan las leyendas urbanas, es la primera vez que esta mujer pone un 9 en un examen.

Y es que-¿Nunca os he contado cuál es el criterio de calificación de mi profesora de historia?: El suspenso, como norma general. El cinco, para el alumno que estudie. El seis, para el que haya estudiado un poco más. El siete - ocho para los muy buenos alumnos que se hayan preparado bien la asignatura. El nueve, para el profesor y, el diez, para los dioses. Conclusión: Nunca llegaré a ser una diosa; pero, de momento, me conformo con ser profesora. Además, me corrigió un epígrafe de 23 líneas cuando ella previamente había advertido que, si se pasaba de 20, rosco al epígrafe y paso al siguiente.

Otro motivo de felicidad ha sido el 9 en comentario de texto en lengua. ¡ALELUYA! Eso sí, mi profesor - al que amo y adoro - no tiene corazón. Me puso un 9'5 por el que le hubiera limpiado los zapatos una semana; pero, en una segunda lectura, decidió quitarme ese medio punto en un alarde de algo que yo llamo: crueldad infinita. Ahora sólo queda superar la semana que viene el examen de sintaxis y mantener la media de sobresaliente (Si puede ser, subirla un pelín) para que se enrolle y me ponga otro diez al final de la evaluación; cosa por la que no sólo le limpiaría los zapatos, sino por la que también le propondría matrimonio.

El examen de filosofía de esta semana también me ha puesto contenta. Nietzsche se ha saldado con un grandioso diez (vamos 7/7) que al filósofo le ha costado ponerme. Me explico, el hombre, en un alarde de crueldad infinita, quería bajarme puntos de yo-ya-no-sé-dónde y ponerme un 6'5/7 para "picarme y que no me durmiera en los laureles". Claro que, Santiago y yo tenemos opiniones distintas en cuanto a eso. Porque, lo que él considera motivación; yo, en segundo de Bachillerato, lo llamo putada. No sé qué opinión tiene de mí, pero creo que ya le he demostrado que, me ponga un 3 o un 11, pienso estudiar igual. Creo que tendré que repetírselo.

Sobre inglés, ha ido bien. Creo que sólo tengo cuatro fallos que, incluso, he memorizado para buscar en casa. A saber: "Forget TO LOCK" "Without HAVING REALISED" (o realized, no me acuerdo bien ahora mismo) "It may be him, but I'm not sure" y "I wish I went to London next year" (Creo que esa frase la ha hecho pensando en mí... bueno, la habría hecho pensando en mí si cambiamos year por summer). Pero, vamos, he salido tremendamente contenta del primer global porque, señores, inglés ya está finito. Ahora sólo queda inflarnos a ejercicios y textos de selectividad... ¡Yuju!

Lo bueno viene este viernes personificado en Arte - Románico y Gótico = muerte - y el concurso de latín.
Y es que, tras un día agotador en el que me tiraré una hora y media haciendo un maldito examen de Arte que me dejará la muñeca medio muerta; a las cuatro de la tarde tengo un concurso de traducción en la Complutense cuyo premio puede ser: o bien un viaje a Italia con todos los gastos pagados, o bien que te paguen la matrícula de la universidad.

No tengo esperanzas de ganar, la verdad (Y no vale poner: "Seguro que ganas" o "Seguro que quedas muy bien" porque no estoy en un ataque de pesimismo, sino realismo) pero voy a ir a pasármelo bien. Además, así voy mentalizada para el de Griego el día 8.



Con los participios absolutos en Lengua Española que favorecen a los alumnos de latín.

Ser.

No quiero que me pongan un número, ni que me den órdenes. no quiero que me anulen, ni formar parte de la masa. Quiero ser yo, porque yo soy todo lo que tengo. He de vivir conmigo misma toda la vida. Mis manos, mi corazón, mis sentimientos, mi cabeza, es aquello que me acompañará hasta el final. No quiero llegar a mayor y preguntarme qué he hecho, o peor aún, qué no he hecho y por qué. Quiero morir saciada. Quiero saber que he existido.
No sé por qué soy así. Ni me importa. No sé de dónde me vienen esas ansiedades, ni por qué me hierve la sangre (...) No sé nada, ni me importa. Me da igual comprender. Quiero ser. Sé que la comprensión llegará más tarde, y si no lo hace... ¿a mí qué?
Rabia - Jordi Serra i Fabra.

Y es que, realmente, siento rabia. Rabia por todo. Quiero gritar, llorar, romper, quemar, pegar... quiero liberarme. Estoy harta, oprimida, anulada. Quiero tener una vida, no sólo libros a mi alrededor. Quiero pasar un viernes con amigas, no recluída en una biblioteca. Quiero ver bien a la gente que quiero y no tener que esquivar su mirada para que no me hagan más daño. Quiero que todo vuelva ser como al principio ¿Por qué todo ha degenerado tanto?

Por otra parte, también quiero la nota del examen de historia del lunes, quiero que, por una vez, me sea imposible decepcionarme a causa de esa nota; y quiero saberme el Románico, el Gótico y Nietzsche, algo que veo más que imposible. Quiero poder comprender el libro de francés y quiero poder terminarme por fin el de lengua. Quiero entender filosofía y quiero poder examinar una lámina de arte ya que últimamente ni sé distinguir pintura de escultura. Caos.

Quiero que acabe este curso. De hecho, no sólo eso, quiero que acabe este año, entero. Hablando mal y pronto, este 2011 está siendo una mierda. Con todas las letras, en mayúscula: MIERDA. Incluso lo repito: MIERDA, MIERDA, MIERDA, MIERDA. Y no sé si soy yo, el resto, o todos, pero no somos compatibles, ahora mismo ni soy compatible con nadie. Psicológicamente estoy en coma y eso, como he mencionado antes, es una mierda, pero de las gordas.

.

He estado pensándolo mucho y ya sé por qué no tengo casi nunca ganas de actualizar el blog. La respuesta no es: "por vagancia", que sería lo más lógico; no. No quiero actualizar porque este curso, psicológicamente hablando, me está destrozando y creo que prefiero olvidarlo y no tener plasmado en una página de internet lo mal que me está yendo casi todos los días.

Al principio podía parecer divertido, todo el asunto de "voy a contar mis vivencias y mi estrés", pero ahora no le veo la gracia por ninguna parte. Lo estoy pasando peor que nunca y, por una vez, no me apetece reírme de ello, ni compartirlo, ni guardarlo todo para mí, sólo quiero que desaparezca.

posted under | 1 Comments

You get what you need!

Día de notas y, aunque parezca una extraterrestre por escribir lo que va a venir a continuación, estoy contenta, no; lo siguiente. Bien es cierto que ese 9 en latín no es para nada justo (Ya ajustaré cuentas con el profe y un buen bate de béisbol) y en inglés he pinchado un poco... ¡Pero aún así he mantenido ese 9'6 de media que me dice: "tía, que puedes conseguirlo"! así que... sí, estoy feliz. Además ¿Quién me iba a decir a mí que iba a conseguir un 10 en filosofía? Ni en mis mejores sueños, oiga.

Ahora sólo me queda celebrar estas notazas... estudiando este fin de semana para los exámenes de la EOI (que no cuentan para nota, pero habrá que sacarlos bien para que no se diga) aunque me consuela el hecho de que el sábado pasado no estuve presa en mi casa, sino haciendo el idiota por Sol con dos amigos y un matasuegras; así que, por dos días de sufrimiento no va a pasar nada. Eso sí, el viernes por la tarde, a Aula; aunque dudo mucho que me pase por el stand de la Complutense (Nunca he sabido bien cómo se escribe esa palabra) aunque sí lo haré por el de la universidad Camilo José Cela, a ver si me encuentro al estudiante de Psicología de todos los años, al que tengo un poco acosado, jé.

Y, hablando de esa asignatura, mañana tengo examen. Deseadme suerte - cuando leáis esto quizá no haga falta, pero deseádmela igual - ¡Y no os topéis con la comunicación perversa! (Lo siento, chiste de psicólogos)

Entradas más recientes Entradas antiguas Inicio