Hacía mucho que no escribía en este espacio y, como me prometí a mí misma no dejarlo abandonado, me he obligado a volver a las teclas

Hace un mes, el primer día de clase, me entró la risa con uno de los comentarios que hizo mi tutora: "En Noviembre vais a querer dejarlo". La verdad es que, al principio, lo tomé como uno de los numerosos tópicos que se achacan a segundo de bachillerato; pero ahora me doy cuenta de que yo estaba realmente equivocada.
Ya son muchos años en los que la gente me comenta: "¡Bah! ¡Verás cuando llegues a cuarto de la ESO, vas a llorar!" y, claro, cuarto de la ESO se ha ido sustituyendo por primero de bachillerato, segundo, los cursos de la EOI y la verdad es que nunca antes me había estresado tanto. Estoy empezando a pensar que todos los tópicos son verdad, entre ellos el más importante: Despedíos de los fines de semana

Y es que estoy harta. Harta de que no me dé el poco sol que ahora podemos disfrutar más que los días lectivos. Necesito ser yo, necesito tener diecisiete años para algo más que para estar en un curso que "va a decidir mi futuro" Necesito no pensar que dos días después de mi cumpleaños va a producirse la resolución de la segunda evaluación. No es mucho pedir ¿No?

Pero, al margen de mi pequeño grito en silencio, hay muchas cosas bonitas que resaltar en esta entrada. Lo primero, que mañana hay examen de Psicología, sobre la evolución. Ese tema que sólo hemos visto unas siete veces en este mes y que, además, vimos otras tantas el año pasado. Creo que los Australopitecos ahora son mis mejores amigos. ¡Qué digo! A este paso van a ser mis únicos amigos. ¡Malditos exámenes!



Sara, 25 de octubre de 2010.