Respuestas elementales a preguntas subnormales.

Esta semana está siendo totalmente asquerosa y no por los exámenes, que también - Historia ha sido mortal, temo mi nota; incluso estoy intentando rescatar de mi memoria el Padrenuestro para ver si puede darle un empujón a mi nota, pero creo que no va a surtir efecto. Por otro lado, Psicología, un nueve porque he entendido mal dos preguntas; mi cerebro pide vacaciones. Mañana Lengua, sintaxis; prefiero no comentar nada, aunque la ventana me mira con ojos golosones para que salte por ella en cuanto tenga un par de segundos. Lástima que esos dos segundos libres los use para respirar - sino por la gente, que cada día es más tonta.

¿Quién se podía imaginar que las clases de sintaxis iban a formar una batalla campal por el modo de analizar las dichosas oraciones? Yo, al menos, no. Pues bien, contra todo pronóstico, la guerra está servida y es que, si analizas de particular a general, los que analizan de general a particular - que no vienen la mitad de las clases y las clases que vienen se las pasan de cháchara (Información relevante) - se cabrean cuando se corrige a nuestro modo y se ponen a vocear como si por gritar tuviesen más razón. ¿Dónde está la afonía cuando se la necesita? Menos mal que una tiene paciencia y no se pone a su altura, porque si no todos acabaríamos con sonotone y, sino, al tiempo.

Por otro lado está la gente que, por sacar 0'5 más que yo en un examen, viene a restregarme su nota en la cara - pero restregar literalmente, que casi me como el papel-. Creo fervientemente que, dentro de poco, acabaré con la existencia mundial de pines de todos los que me voy a ver obligada a repartir. ¡Ya ni siquiera los piden con educación, los exigen!

Pero centrémonos en el acontecimiento que ha marcado la semana: la visita a la universidad del lunes. Y es que, queridos amigos - bueno, querida Layu, que eres la que más lee este mi blog junto con Lisse - la universidad es otro mundo. Literalmente, otro mundo. O eso o los de mi instituto y yo venimos de Mordor y no me he enterado; porque los universitarios nos miraban como si fuesemos especímenes a analizar - menos mal que tuvimos que ir a la facultad de económicas y no a la de medicina, si no, dudo que hubiera salido de allí con vida. La información fue mediocre; pero, no voy a exagerar, si me dieran a evaluar de uno a diez su escala de mediocridad, el resultado sería...






























































100. Y es que ni siquiera los profesores tienen claro cómo van sus carreras ni se respetan entre ellos - es decir, cuando el de Ciencias Políticas estaba dando su charla, la de comercio consultaba su portátil como si le fuera la vida en ello. Bueno, y cuando hablaba la de Estadística (Carrera apasionante), Psicología, ADE, etc. Vamos, una educación exquisita. Estaría mirando cómo iban sus acciones en bolsa ya que, según ella, comercio es la carrera del futuro - y, bueno, el papel estrella fue el de los alumnos. Dejo aquí algunas de las perlas que tuve el honor de escuchar junto a mis compañeras.

Pero, la carrera que decís que tiene las asignaturas en inglés ¿Tiene todas las asignaturas en inglés?

Verás, es que quiero estudiar un estudio...

Es que yo voy a ir a la privada ¿Tengo que sacar un cinco o puedo sacar menos?

[Contexto: nos proyectan en una macropizarra las nortas de corte de ADE (7,12 si no me equivoco) y Económicas (5 con algo). Pasan unos dos minutos]
Chico despistado 1: Perdona ¿Pone en algún sitio cuál es la nota de corte de Económicas?
Servidora a su compañera de al lado: Un cinco.
Mediador de la charla: Un cinco -.-"
Servidora: Fuck Yeah.

Chica que quería estudiar un estudio: ¿Y cuál es la nota de ADE?
Servidora: 7'12.
Mediador, anonadado por tanta atención: 7 con algo.
Servidora: Fuck Yeah 2.0

Perdona ¿La carrera de ADE con Derecho que habéis explicado - obviamente, ahora en la Complutense se dedican a explicarte carreras de otras universidades, para que tengas una información mucho más completa y dejarse pisar por la competencia - la impartís aquí? 

Y así, más detalles que recordar para la posteridad, como los chavales que se llenaron una bolsa entera de folletos informativos de carreras - teniendo en cuenta que había sólo nueve folletos distintos, cabe destacar que la gente es increíble. Supongo que los venderían al peso. La crisis es mala -

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