24 de Agosto de 2010

Dear blog ...

He aquí la que es tu primera entrada. Al igual que todo ser mortal, te preguntarás por qué te he creado. La respuesta es simple:


Todo se remonta a hace un mes y unos días o, lo que viene siendo lo mismo, se remonta a la última vez que vi a Laura, más conocida mundialmente como Layu. Entre desvaríos varios coincidimos en el pensamiento de que había que crear un blog/diario relatando día a día (Bueno, eso de día a día era un dato de poca relevancia) cómo es la estresante vida de un alumno de segundo de Bachillerato, el cual es tremendamente consciente de que este año se juega el todo por el todo en la temida SELECTIVIDAD (Palabra que, calculo, escucharemos unas 141546897 veces durante el año)


Como has podido comprobar, he ahí el propósito por el cual has visto la luz. vas a ser testigo de todas mis aventuras y desventuras durante este próximo año (Lo sé, lo sé, sé que no te ha tocado algo fácil) para que dentro de unos años, cuando esté de resaca tras una terrible fiesta universitaria, pueda ver qué tonta fui y cómo me estresé por un curso que, como el anterior, pasará volando. (Eso lo digo ahora día 24 de agosto. Seguro que por noviembre no estaré tan optimista)


En fin, algún alma cándida pensará que no tiene mucho sentido empezar a escribir esto en agosto cuando la verdadera aventura comienza en septiembre. ¡Inocentes! ¡Aunque no lo veáis, tiene todo el sentido del mundo!


Los últimos días de agosto es cuando empieza a reinar la angustia, sobre todo por ese mensajito fantástico que llega al móvil de tu madre. No, no me refiero a los SMS de vodafone publicidad, no, si no a ese mensaje de texto que reza: "Su reserva de libros ya está completa. Puede pasar a recogerla cuando quiera" o cualquiera de sus variantes.
Entonces, tu madre llega emocionada y te dice "¡Ya tenemos los libros!" una frase a la que tú te ves obligado a hacer un par de matices. Primero, no hay nada de emocionante en tener los libros del nuevo curso. Normalmente, en cuanto llegan, sólo te dedicas a abrirlos, echarles un vistazo por encima porque "¡Ay, hija! No los abras mucho por si luego no valen" (¡Malditos! ¿Entonces por qué nos habrán puesto un ISBN falso en nuestra amada lista de libros?) y desterrarlos a un rincón del dormitorio del que sólo podrán salir quince días después para desgracia de tu joven espalda, mientras piensas que por qué hay gente que se dedica a escribir libros de texto cuando podían haberse dedicado a la novela. El segundo matiz, es que los libros sólo los tienes tú, que eso del plural español ya sabemos en qué consiste, uno trabaja y los demás miran. O, lo que es lo mismo, todos tenéis los libros en casa pero sólo los tocas tú


En cuanto a mis libros, de momento, siguen ahí, en "El Corte Inglés" y, por mí, ahí se pueden quedar; pero desgraciadamente creo que este viernes vendrán a usurpar mi casa ¡Que Cappie nos asista!


Pero no todo son malas noticias, al menos, este año, no he escuchado ni una vez la canción "volver a empezar" Creo que alguien escuchó nuestras plegarias y asesinó al compositor. La verdad es que, quien quiera que fuese, hizo un favor a la humanidad.



24 de Agosto de 2010
Sara dixit.

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