Opiniones y un largo etc.

A mí me importa lo que los demás puedan pensar de mí - vaya frase más redundante - y, al resto del mundo, también le preocupa. Creo fervientemente que aquel que proclama a los cuatro vientos que nunca le ha preocupado lo que puedan  opinar de él, miente descaradamente; o quizá intenta protegerse.  


Siempre hay gente frente a la que preocupa causar una buena impresión. No ante todo el mundo, eso se entiende por descontado; ya que dicha actitud constituiría un problema. Por ejemplo, no es lo mismo que tu madre te diga que "no te reconoce" a que te lo diga una persona a la que has conocido un par de días antes. 
Hay multitud de factores que hacen que valoremos más unos juicios que otros; como la relación que se mantenga con esa persona, el cariño - uni o bidireccional - que le profesemos o la opinión que nosotros mismos poseamos sobre ella. 

Las opiniones de los demás, respecto a nosotros, nos inquietan. Algunas nos gustan, sobre todo las positivas, nos encantan las alabanzas. Si a nadie le importase lo que los demás opinaran sobre sus acciones o pensamientos, no valoraríamos los elogios o las críticas tanto como lo hacemos. Sobre estas últimas, cabría diferenciar nuestras reacciones ante las mismas dependiendo de si son constructivas, destructivas... ¡Uf! Demasiado trabajo. 

Pero, por encima de todo, también nos gusta elaborar nuestros propios juicios. Estamos constantemente analizando, catalogando, observando y apuntando adjetivos para pintar la imagen de una persona y determinar, tras analizar nuestro dibujo, si dicha persona nos conviene o, por el contrario, nos valdría más coger una goma y borrar cualquier trazo. 

Según he aprendido este año, elaborar una imagen relativamente estable de los otros nos da seguridad, nos enseña a qué podemos atenernos. Pero nadie comenta nada sobre la "bidireccionalidad" que esto implica y es que, al igual que nosotros nos consideramos retratistas de personalidades, nosotros también podemos ser encasillados, dibujados y, en algunos casos, borrados. 


P.D: Qué reflexiva me he levantado esta mañana. Un olé por mí. 
P.D. 2: Yo también hecho de menos un párrafo final sobre los beneficios de la tinta indeleble. Falta de inspiración. 

posted under |

0 calificaciones:

Publicar un comentario

Entrada más reciente Entrada antigua Inicio